velvet projects

El nuevo espacio pretende envolver al visitante en una atmósfera mágica y única transportándolo a ese universo infantil al que el mundo de los helados subconscientemente nos devuelve y al igual que ocurre en dicho mundo, los objetos y personas cambian de escala, de contexto, de posición, creando un espacio sorprendente y tal vez, haciéndonos sentir niños otra vez.

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Decidimos abrir el local al exterior y a partir de aquí, la ocupación del espacio se hace de forma ordenada y la vitrina de helados se convierte en la protagonista, recibiéndonos con una explosión de color: fresas, chocolates, frambuesas, cerezas...

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Llaman especialmente la atención al visitante los retratos gigantes de las paredes.

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Para conseguir el efecto buscado decidimos destacar el uso de pocos materiales y un predominante uso del color blanco que unifica el espacio y potencia la sensación de envolvente.

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El uso de la madera aporta color y calor, leche y chocolate se unen y proporcionan un ambiente acogedor y luminoso.

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